Si le preguntases a mi madre o a mi novia cuándo hice algo equivocado, te dirán algo como, “Bueno, conociendo a Quita, ella nunca hace nada equivocado”. Pero incluso la Princesa de la Perfección tiene que admitir cuándo se equivoca. Mi viaje de cuidarme a mi misma está en un proceso en el que estoy haciendo más cosas mal de las que no.
Como alguien que se ocupa en el trabajo social, sé que tengo que cuidar de mi misma para seguir adelante. Y sin mencionar que estoy rodeada de sorprendentes curanderos que siempre están estresando con la importancia de cuidarse a si mismo. El año pasado me dije a mi misma que había sido muy intencionada con mi cuidado, pero en realidad, no lo fui.
Trabajar en exceso en mi misma es mi mayor motivación para hacer del propio cuidado una prioridad. Como una persona joven que tiene la oportunidad de hacer trabajo organizado pagado en mis comunidades, me encuentro constantemente queriendo hacer demasiadas cosas. Independientemente, sólo hay algunas cosas que puedo hacer. No puedo aportar una visión capitalista laboral a mi trabajo social. Tengo que tomarme un tiempo para mi misma para vigorizarme y estar segura de que mi trabajo diario y mi estrés son manejables.
Desafortunadamente, me llevo constantemente a un estado de agotamiento antes de ser indulgente en un acto de cuidarme. O usaré el cuidarme a mi misma como un incentivo para superar estar tan ocupada en mi vida. Oh, sólo trabaja diez horas al día los próximos cuatro días y entonces podrás tener una buena noche de sueño.
Pero eso no es cuidar de uno mismo. Siempre tendrían que estar teniendo que cuidarme. El cuidado a uno mismo no empieza en el agotamiento. Es una práctica evitarlo. Y cuidarme a mi misma no debería ser en absoluto un incentivo. Es necesario. No puedo evitar escuchar a mi cuerpo cinco días, darle un descanso y cuidarlo por dos, y entonces llamar a eso cuidarme a mi misma. Eso es prepararme para estar quemada antes de los 30.
Está bien decir que no a reuniones, proyectos, coaliciones y eventos. Normalmente, cuando empiezo a decir que no a cosas, significa que de hecho estoy haciendo mucho más de lo que tengo tiempo o energía, para hacer nada más. El movimiento puede e irá adelante sin mi, y eso es bueno. No es sostenible, o francamente, posible, estar en todas partes haciendo de todo para todos. No tengo que hacer una declaración grandiosa sobre cuidarme a mi misma después de estar sintiéndome completamente quemada. Para cuidarme a mi misma, necesito priorizar y focalizar en qué puedo llevar adelante y dejar a otros hacer el resto.
En mi camino a cuidar de mi misma, también necesito ser ordenada en mis horarios de comida. Empiezo la mayoría de los días con una o dos tazas de café. El problema es que esas tazas de café normalmente son mi desayuno y mi almuerzo. No pienso en comer algo sólido hasta las 2 de la tarde más o menos. A esa hora, me convenzo a mi misma para esperar hasta llegar a casa y comer, lo que significa que no comeré hasta las 5 o las 6 de la tarde.
Mi relación con la comida siempre ha sido ardua, pero tengo que reconocer que no es sostenible estar sin comer ocho o más horas cada día. Es un hábito que tengo desde que era joven, pero en mi viaje de cuidar de mi misma, tengo que retarme a mi misma para romper con ese hábito. Mi viaje siempre debería incluir nutrir mi cuerpo y darle lo que necesite para seguir adelante.
En 2015 decidí que como parte de mi cuidado debería perseguir activamente mis pasiones. Estoy sinceramente comprometida con mi trabajo como organizadora juvenil. Trato de asegurar que me involucro en cosas que están pasando en mis comunidades y ciudad. Y estoy comprometida de lleno con escribir, que ha sido una de mis pasiones desde que era niña.
Aunque, mientras estoy persiguiendo mis sueños, a veces encuentro dificultades para recordar todas las cosas que necesito hacer. Tengo una agenda y hago listas semanales, pero la mayoría de los días no les hago referencias. Es habitual para mi tener momentos de Oh, vaya!, cuando me doy cuenta de que necesito hacer algo inmediatamente. Mis habilidades para manejar el tiempo no son las más fuertes. Para estar segura de que no se me olvidan todos mis compromisos, debo ser proactiva y hacer caso a mi calendario y mis listas. Y para no molestar a los que dependen de mi tengo que estar segura de que me cuido y no me sobrecargo de trabajo.
Mi camino de cuidar de mi misma me está enseñando también que a veces ignoro a mi cuerpo. No como lo suficiente porque no escucho a mi cuerpo cuando me indica que tengo hambre. No es sobre esas ocho horas que vuelan sobre mi estómago rugiendo. Simplemente elijo enfocarme en otra cosa. También dejo ir días con dolor crónico porque no dedico tiempo a reconocer que necesito parar y cuidarme. Permito a mi falta de seguro de salud de que me convenza de que no hay nada que pueda hacer por mi salud, así que debería vivir con ello. Mientras no pueda tener acceso a las instituciones médicas, puedo cuidar de mi misma.
Los mantras del cuidarse a si mismo son parte de cómo lo practico. Particularmente, siempre me aseguro de guardar un dicho de Audre Lrde en mi corazón: “Cuidar de mi mismo no es ser indulgente conmigo mismo. Es preservarme, y eso es un acto de guerra política”. De todas formas, la inspiración para cuidar de uno mismo no significa nada si no me comprometo de verdad. La realidad es que vivimos en una sociedad construida en sistemas opresivos que trabajan constantemente para mantener el poder y apartar a los sectores marginados. Cuidar de uno mismo no es una bonita utopía inspiradora de cómo dirigir mi vida, pero es una herramienta para asegurar que no seré apartada por el sistema. Es una herramienta para sobrevivir en esta sociedad.
Como mujer negra lesbiana no tengo el lujo de cuidar de mi misma. No puedo abandonar mi cuerpo y espíritu por el bien de un movimiento. Ningún tranajo, aunque sea en el área social u otro es más importante que mi bienestar. No puedo pensar pasivamente sobre mi salud. Mi supervivencia depende del amor a mi misma.
Mientras continuo mi viaje este año y el que viene, tengo que retarme constantemente para priorizar mi cuidado. Debo implementar pequeños cambios en mi vida diaria para asegurarme de que no estoy desbordada. Como guerrera radical lesbiana para la liberación, debo usar muchas herramientas para un posible ataque contra la opresión.
TBINAA es una organización de medios de comunicación y educación digital independiente, queer y WOC que promueve el amor propio radical como la base de un mundo más justo, equitativo y compasivo. Si cree en nuestra misión, contribuya a este trabajo necesario en PRESSPATRON.com/TBINAA ¡No podemos hacer este trabajo sin ti! Como regalo de agradecimiento, los partidarios que contribuyen con más de $ 10 (mensual) recibirán una copia de nuestro libro electrónico, Arroje cada mentira: Mujeres negras y marrones sobre la curación como liberación. Los partidarios que contribuyan con más de $ 20 (mensuales) recibirán una copia del libro de la fundadora Sonya Renee Taylor, El cuerpo no es una disculpa: El poder del amor propio radical entregado en su hogar. ¿Necesitas ayuda para crecer en tu propio amor? Regístrate en nuestras 10 herramientas para Radical Self Love Intensive !
[Imagen de cabecera: El fotógrafo muestra una mujer de color sentada plácidamente en la yerba, meditando. La persona lleva una camiseta blanca d emanga corta y pantalones azules.]
Share your thoughts
You must be logged in to post a comment.