Los fiscales anunciaron hace unos días que el oficial de policía blanco de Ohio, Timothy Loehmann, quien disparó al menor negro de 12 años, Tamir Rice, no se enfrentará a cargos criminales. Al saberse esta noticia, activistas de la justicia racial de todos los Estados Unidos han hecho la promesa de continuar luchando para resistir a la policía y las incontables agencias de imposición de leyes para el incremento de control y vigilancia de las comunidades negras y la rutina del asesinato de personas negras en las actuaciones policiales y durante la custodia policial.
Race Forward: El centro de Innovación de Justicia Racial define el término como “el trato justo y sistemático de personas de todas las razas, lo que implica igualdad de oportunidades y resultados para todos”. El centro hace necesario terminar con esas actuaciones policiales, parar y analizar normas, el canal que hay de la escuela a prisión, la privatización de escuelas públicas a través de sistemas de alquiler, y más – todos estos impactan de manera desproporcionada en personas de color – al tiempo que exige competencias culturales y atención médica asequible junto con servicios médicos accesibles, educadores culturales competentes enseñando rigurosos currículums culturales e históricos, y que se construyan viviendas asequibles y seguras en vez de echar a las comunidades de color.
Mientras la justicia racial ha sido siempre punto de reunión para las comunidades de color, ejemplos actuales puede ser testigos por contemplar el aumento de Movimientos de Derechos Civiles en las décadas de los 60 y 70 para el reto en educación “separados pero iguales”, tránsito público y el voto de derechos.
Por decirlo claramente, la justicia racial es un marco para el cambio social marcado en la creencia de que mediante la identificación, desafío y control de las desigualdades sociales y sistemáticas que existen basadas sólo en la raza, podemos cambiar la cultura y la práctica hacia un mundo sostenible y justo. Se trata de luchar en contra de lo específico, formas de opresión desproporcionada y el juego de la marginación cuando va directamente contra personas de color por el simple hecho de ser de color. Con el fin de lograr la justicia racial debemos trabajar también para destruir la supremacía blanca, la cual perpetúa institucionalmente la opresión de gente de color por personas blancas con el propósito de mantener y defender un sistema de poder.
La justicia racial nos llama para reconocer las formas de influencia de la raza no sólo en nuestras interacciones personales, también en nuestras interacciones con el Estado. Es un reconocimiento para que las personas de color merezcan dignidad y sean reconocidas como individuos completos.
Con el fin de entender realmente la lucha por la justicia racial, debemos entender la violenta historia de la raza como una construcción social.
1. Entonces, ¿qué es la raza?
Desde sus inicios, la raza ha sido una categoría polémica. Nacida de la violencia y la explotación de gente de color a lo largo de su historia global, la raza ha jugado un papel vital no sólo en nuestro desarrollo en sí mismo y cómo gobernamos el mundo, sino que también en las formas en que los sistemas globales, estructuras y los poderes interactúan con nosotros.
La historia nos ha enseñado que las clasificaciones por raza fueron creadas por las clases blancas gobernantes durante los inicios de la trata de esclavos trasatlántica con el único propósito de hacer más fácil la dominación, control y explotación de la mano de obra de los esclavos africanos mientras se preservaba la riqueza y el poder de los colonos. Estos colonos fueron capaces de consagrar su poder mediante la creación de un sistema de privilegios y poder que otorgaba beneficios no merecidos a aquellos que se hicieron merecedores de la “cubierta blanca”.
La justificación de la raza, blanca en particular, fue reforzada por un sistema de racismo propagado a través de la falsa narrativa que consideraba esclavos a africanos y a aquellos que no estaban incluidos en la etiqueta blanca, a ser menos que un humano; con el ser humano que ahora se entiende comúnmente como blanco. Fue esta creencia apoyada por el racismo y prejuicios científicos la que dio pie a la idea de que un valor positivo podría atribuirse a las antes mencionadas categorías de color de piel, forma de cuerpo, e inteligencia y más basado en la proximidad al ideal centroeuropeo.
2. La Raza conoce al Racismo.
El racismo no es una respuesta a la existencia de la raza o a nuestro conocimiento de la misma. El racismo, como ideología, se formó junto a la raza para sostener aún más el poder de las élites. No es suficiente crear un sistema de privilegios si no tienes un sistema de discriminación para demostrar las consecuencias de no caer o pertenecer al grupo dominante.
Si bien uno debe ser rápido para convertir la definición de racismo en el diccionario, debemos ser conscientes de que los diccionarios, como en la mayoría de los textos, están creados por personas que no son nada sin sus prejuicios o intereses propios. Parafraseando una cita a menudo repetida y terriblemente citada: “la historia la escriben los vencedores”.
El diccionario no es un texto objetivo y no debemos tratarlo como tal. En cambio, debemos verlo como otra herramienta más para propagar ideas sociales dominantes y el conocimiento del lenguaje. Lo que viene a decir que los diccionarios sirven como una manera de legitimar el lenguaje hablado socialmente aceptado, escrito y conjurado por los blancos mientras se menosprecia el lenguaje de la gente de color.
Para definir el racismo debemos mirar fuera de los diccionarios. Hay que tener en cuenta la finalidad de la raza (dividir y conquistar), que es la más influencia tiene en este sistema (gente de color), y cómo esta creencia ha dado forma a prácticas sociales e institucionales.
Una perspectiva sociológica debería definir el racismo como “portadora de prácticas, creencias, relaciones sociales y fenómenos que trabaja para reproducir una jerarquía racial y estructura social que cede superioridad y privilegios para (personas blancas), y discriminación y opresión para (personas de color)”. Esta definición del racismo pone en relieve la manera en que hemos construido la raza, como hemos discutido anteriormente, otorga cierto poder y privilegio al a gente que se ha etiquetado como blanca mientras se hace exactamente lo contrario con la gente de color.
En la comprensión de la raza para operar en la manera que lo hace, podemos ver que el racismo se manifiesta en sí mismo en la escasa representación de personas de color en los medios de comunicación, excepto en estereotipos y caricaturas. Y cuando nos presentamos, se considera una amenaza para los blancos. La sobrerrepresentación de personas de color en interacciones policiales y presidios es debido a las detenciones motivadas por raza y leyes sesgadas. Y la información sesgada sobre la gente de color en los medios, sobre todo gente negra que a menudo se hace para ser más amenazante y violenta que los blancos. Y a veces, puede ser más insidioso.
Es más, a través del sistema de racismo, la clasificación de los blancos, aunque no sea una tarjeta gratuita para salir de la cárcel — excepto para cuando lo es — por su propia naturaleza viene con un sistema de privilegios o condiciones sociales que hacen dirigir el mundo en un diario blanco, por falta de un termino mejor, más fácil. Esto no quiere decir que las personas blancas no luchen como individuos. Ser blanco no niega el género, la clase, las habilidades y todo lo demás. Pero ser blanco a menudo significa que entre ellos se dan el beneficio de la duda, una presunción de inocencia en situaciones donde la gente de color es automáticamente considerada como mala.
3. Entonces, ¿cómo desafiar y cambiar este sistema? ¿Cómo lograr la justicia racial?
No podemos confiar en ideas daltónicas para movernos hacia adelante. No reconocer la raza no hace más que invalidar las experiencias vividas por gente de color y permite que el sistema actual las reproduzca.
Con el fin de combatir el racismo y alcanzar la justicia racial, debemos tener más conversaciones explícitas sobre la raza, su construcción y su influencia en nuestro mundo. Debemos admitir los caminos en los que la raza y la supremacía blanca contribuyen e impulsan al miedo al cuerpo y la violencia etiquetada en las comunidades de color, las cuales incluyen chicos afeminados, chicos transexuales, con discapacidad, etc, todos los días. Y entonces debemos hacer el duro trabajo de reprogramar y liberar nuestras mentes y cuerpos de estos sistemas tan peligrosos.
Kerry Washington lo dice perfectamente: “No estoy interesado en la suerte de vivir en un mundo donde la raza no es una parte de lo que soy. Estoy interesado en vivir en un mundo donde nuestras razas, no importa cuales sean, no definan nuestra trayectoria en la vida”.
Debemos crear un mundo donde las diferencias raciales sean celebradas, donde el intercambio cultural sea auténtico y respetuoso, donde “todos somos humanos” tengo un significado más allá de una promesa vacía.
Además, ¡la gente blanca debe examinar sus privilegios y acceso al poder! No tenéis que ser perfectos aliados. La solidaridad es un proceso continuo de evolución y cambio. Pero debes ser capaz de admitir que el racismo y la desigualdad racial son problemas sociales a los que contribuyes independientemente de tus intenciones o si te sientes amenazado al hablar sobre raza. Debes ser capaz de poseer esto y tener una conversación que es menos acerca de defenderte a ti mismo y más sobre estrategias en torno a cómo puedes hacerlo, como un cómplice, más seguro para la gente de color. ¡He aquí un buen punto de partida!
[Imagen de cabecera: La fotografía muestra a cuatro personas de pie por la noche fuera.]
Traduccion por Ana M.M.
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