El ejercicio puede ser una herramienta valiosa para el amor propio. A través del ejercicio, podemos aprender sobre nuestro cuerpo, podemos hacernos más fuertes y más agiles, y disfrutar de incontables beneficios tanto físicos como mentales. Desafortunadamente, para muchos de nosotros, el ejercicio se siente mas como una herramienta para el odio a una misma que para el amor propio, y responsabilizo al énfasis que se pone en la relación que existe entre hacer ejercicio y perder peso.
Yo pase gran parte de mi vida odiando el ejercicio. Como niña gorda, personas en posición de autoridad me obligaron a ejercitarme y cada segundo de ejercicio era abominable. Odiaba quedarme sin aliento. Odiaba el sudor. Odiaba sentirme incomoda y pegajosa. Odiaba estar dolorida por hacer tanto esfuerzo. Odiaba ir a un lugar en particular a un horario especifico y soportar la tortura del ejercicio, cuando lo que realmente quería hacer era leer un libro, o mirar televisión, o terminar la tarea, o literalmente cualquier otra cosa.
Principalmente, odiaba como el ejercicio se sentía como un castigo. No puedo describir con precisión la vergüenza, el bochorno, la frustración y el sentido de fracaso que le genera a una niña ser gorda en una cultura obsesionada con el peso, por lo que solo diré que es fuerte y sentí todo eso. El ejercicio, es mi mentalidad de niña donde todo es blanco y negro, era el castigo que tenia que soportar por ser mala (es decir gorda) y que si pudiese ser una niña buena y perder peso no tendría que hacer más ejercicio.
De mas esta decir que no funciono.
Mi actitud hacia el ejercicio no cambio hasta que entre a la etapa de aceptación de la gordura cuando tenia 20 y pico. Lentamente desaprendí los mitos sobre la gordura, la salud, y la perdida de peso que me habían hecho creer previamente y empecé a considerar porque la gente querría ejercitarse si la perdida de peso no fuese el asunto que es. Acá esta lo interesante, de pronto los méritos del ejercicio empezaron a ser mucho más claros para mí, y mientras más lo pensaba, más ganas me daban de querer hacer ejercicio.
Y de hecho lo hice. Empecé con clases de danza, luego salí a caminar un par de veces por semana, luego empecé a correr. Mi rutina ha cambiado y seguirá cambiando de acuerdo a las diferentes circunstancias, pero una cosa que no ha cambiado es mi entusiasmo. Ya no pongo excusas para no ejercitarme. En su lugar, estoy ansiosa de hacerlo, y he llegado a depender del ejercicio ya que es una herramienta importante para mi amor propio.
Desafortunadamente, mi habilidad personal para despegar los objetivos de perdida de peso del ejercicio no cambia el hecho que mucha gente a mi alrededor (alrededor de todos nosotros) ve al ejercicio como algo a lo que tienen que someterse en lugar de algo que se puede disfrutar.
Es difícil evadir el énfasis que se lo pone a la perdida de peso (y a otras prácticas para esculpir el cuerpo) que domina la cultura del ejercicio actualmente, pero es posible. Estas son diez técnicas que he descubierto navegando en el amor propio y la cultura del ejercicio.
1. Considera cómo el ejercicio te ayudará.
El ejercicio es un compromiso, y a menuda una muy poco práctica. Toma tiempo y esfuerzo cambiarse, buscar un espacio donde realizarlo, ducharse y cambiarse de nuevo, etc. Antes de hacer tal compromiso, vale la pena preguntarse a uno mismo si el ejercicio es beneficioso para nuestro amor propio. Personalmente, soy una persona que se preocupa por su salud, y el ejercicio me hace sentir saludable, y al mismo tiempo me permite controlar mejor mis ansiedades. Ser honesta conmigo misma y entender porque hago ejercicio me permite seguir haciéndolo y ver los frutos de mi esfuerzo.
2. Ejercita como tú quieras ejercitar.
Algunas personas aman la descarga de endorfinas generada por una rutina de ejercicios de alta intensidad. A otros les gusta la relajación que se obtiene a través del Tai Chi. Otros disfrutan la espiritualidad del yoga, o la competición en deportes de equipo. Una regla básica de la motivación nos dice que siempre seguiremos haciendo algo si lo disfrutamos, y el ejercicio no es la excepción. En lugar de pensar en qué ejercicio es el “mejor”, pensá en lo que más disfrutarías hacer. Lo vas a hacer para vos así que disfrutarlo es esencial.
3. Pone tus propios objetivos.
No a todo el mundo le agrada tener objetivos, pero creo que un objetivo simple y realista es útil. Recientemente alcance el objetivo de correr por 25 minutos sin detenerme. Me tomo un par de meses alcanzarlo y el sentido de realización que sentí hizo que el esfuerzo valiera la pena. Trabajar para alcanzar algo me hace crecer como persona, por lo tanto, fijarme objetivos y alcanzarlos es una parte importante de mi amor propio. Incorporar ese elemento a mi ejercicio entra en los aspectos más positivos de mi experiencia y si sos una persona que disfruta de fijarse objetivos te va a venir muy bien.
4. Unite a grupos de personas amantes del ejercicio.
El ejercicio puede ser tan bueno para nuestra salud social como para nuestra salud física, y encontrar comunidades ya sea físicas o virtuales que compartan tu interés es una fantástica manera de socializar y mantenerte motivado. Al tener otras personas que entienden lo que estas haciendo y te alienten a medida que avanzas hacia tu objetivo es algo muy pero muy positivo.
More Radical Reads: “But They Were Nice … So Why Did I Hate Dance Class?” On Being Fat and Feeling Safe
5. No seas tan duro contigo mismo.
No poder ejercitar todos los días que se han propuesto es algo que le sucede a todo el mundo y puede ser frustrante. El otro día solo pude correr la mitad del tiempo que normalmente corro y me enoje. Pero es algo que a veces sucede, y es importante recordar que un día menos de ejercicio no significa que estés fallando a la rutina o perdiendo los beneficios del ejercicio. Cualquier cantidad de ejercicio por pequeña que sea es beneficiosa, y si un día no puedes ejercitar no pasa nada.
6. No te exijas mas allá de tus habilidades.
Cuando era niño y hacia ejercicios a menudo tenía que seguir hasta que mis piernas me dolían tanto que ya no podía mantenerme en pie. Creo que el ejercicio debe ser un viaje lento, progresivo, para poder saborear cada etapa del camino. Sobre exigirte mas allá de tus habilidades no solo aumentara las probabilidades de lesionarte, sino que también te desmotivara.
More Radical Reads: “Doing Your Best” Is Not About Pushing Yourself Beyond Your Limits
7. Cuida tus heridas.
Son cosas que pasan. Aun siendo cuidadosos y calentando adecuadamente, los accidentes ocurren. SI te lesionas, tenes que tomarte el tiempo para curarte. Tomate uno o dos días libres de tu rutina de ejercicios y quizás podés hacer algo mas liviano, o ejercitar un área diferente de tu cuerpo. Parte del amor propio es escuchar a tu cuerpo y darle lo que necesita.
8. Recompensa tus logros.
Cuando alcanzas un objetivo de ejercitación debes celebrarlo. Date un gusto y cómprate unas calzas deportivas nuevas o alguna botella deportiva de las que están de moda, o quizás un masaje. Asegúrate de reflexionar sobre cuanto has avanzado desde que empezaste tu viaje de amor propio/ejercicios y felicitate por tus logros.
9. Mantente bien alimentado e hidratado.
El amor propio y el ejercicio incluye asegurarte de tener todo el combustible necesario antes, durante y después de cada ejercicio. En lo personal, me resulta difícil ejercitar si no como por lo menos una hora antes. También hay que asegurarse de beber suficiente agua durante el día para no terminar sediento mientras te agitas. Un cuerpo que tiene la energía para trabajar siempre funciona mejor que uno que no la tiene.
10. Aprende a dejar de lado los mensajes de perder peso.
Si estas inmerso en la cultura de ejercicio podés sentirte bombardeado por mensajes sobre pérdida de peso y es difícil ignorarlos. Por lo tanto, sugiero no intentes ignorarlos pero tampoco adhieras a ellos. Por ejemplo, si ves una publicación sobre perdida de peso en tu comunidad virtual de ejercicios no pases rápidamente sobre la publicación, respira profundo, leela, pensa lo que quieras (ya sea un genuino “bien por ellos” o un sarcástico “veamos cuanto les dura esa perdida de peso”) y seguí con tu vida. El hecho es que muchas personas si hacen ejercicio para perder peso, y si sos una dietera crónica reformada como yo, va a pasar un buen tiempo antes de que dejes de prestarle atención a las charlas de perdida de peso. Lo mejor que podés hacer es dejar pasar los mensajes y recordar que todo el mundo ejercita por distintas razones y el amor propio es una razón tan válida como hacerlo para perder peso.
En esta era de la obsesión con el cuerpo y el peso, la cultura del ejercicio esta llena de mensajes sobre la perdida de peso, muchos de los cuales son mensajes que se contradicen con el amor propio. Pero el ejercicio también se puede utilizar como herramienta para encarar el amor propio, dada la oportunidad.
[Featured Image: Photo of two women of color working out together outside across a shared blue yoga mat. They are smiling as they hold up their bodies with one hand while pressing their palms together with their free hand. They are both wearing white tank tops over a sports bra and brightly-colored shorts. Behind them is a harbor scene. Source: Luis Quintero from Pexels]
Share your thoughts
You must be logged in to post a comment.